Votaciones (caucus) #
Las tomas de decisiones en los Hijos del Dios Muerto nunca se hacen desde el anonimato, ni con una única palabra. Todas las votaciones de los Hijos del Dios Muerto se hacen ocupando el espacio y en comunidad siguiendo el siguiente protocolo conocido en algunas realidades como caucus:
- Cuando hay decisiones a tomar, el representante de cada opción primero explica el porqué su opción es la correcta. Luego, se sitúa en un extremo de la sala. El resto de los votantes espera en orden a poder emitir su voto una vez acaben las posiciones iniciales.
- Para poder votar por un grupo, el votante tiene que explicar sus motivos en voz alta (no hay anonimato).
- Cada vez que alguien se posiciona, los que ya estaban en un grupo pueden cambiar de opinión y moverse de grupos. El cambio se hace sin decir nada ya que se entiende que su cambio es por la opinión que acaba de pronunciarse.
- Igualmente alguien que ha votado puede volver a la posición de indeciso (cola para votar) però para volver a entrar deberá explicar sus motivos de nuevo. Así es cómo se gestiona el derecho a réplica, obligando a quien espera para replicar a hacer una escucha activa del resto. Esto no es un debate sino un consenso.
- Al final el grupo más grande gana. Sin embargo, existen antecedentes de negociaciones importantes donde antes de iniciar la votación se ha exigido una diferencia mínima entre grupos.
Eres tan libre como libre sea el conocimiento #
Como en cualquier sociedad compleja, existe una jerarquía intelectual en los debates de los Hijos del Dios Muerto. En todo momento se asume que ciertos niveles de debate requieren conocimientos previos para ser efectivos. Igual que no es posible que una persona sin formación pueda gestionar un laboratorio de energía nuclear, tampoco es realista que un experto en física cuántica sea el más adecuado para opinar acerca de la cría de salmones de tierra. No porque no conozca los “secretos” de tal disciplina, sino porque no se ha formado en ello.
En la práctica, durante los debates de los Hijos del Dios Muerto es asumido que una opinión es más formada según la capacidad de usar vocabulario preciso y especializado. Cualquier persona puede formar parte de los debates de cualquier tema, pero uno debe ser suficientemente autocrítico como para entender en qué momento se está para aprender y en qué momento se está para colaborar.
Por otro lado, alguien que se considere experto en algo debe estar dispuesto a dar respuestas sobre cualquier duda que pueda surgir, venga de otro experto o venga de alguien más profano. En este sentido, negarse a dar respuesta o menospreciar a alguien por el conocimiento que aún no ha adquirido se considera un tipo de secretismo y puede acarrear ser echado de los debates.
La lucha contra el olvido #
Para los Hijos del Dios Muerto la expresión caer en el olvido no es casual, sino el resultado de una sabiduría popular creada en El Origen. Dado que la búsqueda principal de los Hijos del Dios Muerto es la creación de un saber propio de El Origen, el olvido es pues una parte fundamental para su cultura.
Para Hijos del Dios Muerto los moradores deben luchar contra la percepción del tiempo que impone El Origen. En un mundo donde no es posible escribir la historia, construir una narrativa que una el momento de la llegada con el momento del olvido debe ser la lucha principal de todo morador. Como la muerte en las realidades anteriores, nadie puede predecir el olvido, pero una sociedad justa debería ser capaz de mantener viva la memoria de sus moradores.
Los Hijos del Dios Muerto celebran una ceremonia cuando alguien acaba en el Transflejo. Durante la ceremonia se pide a los presentes que expliquen aquello que saben del difunto para que el resto puedan recordarlo. Incluso si nadie se acuerda del difunto, proceden a inventar cómo imaginan su historia, todo cuando en ese se diga se considerará cierto y conformará la nueva memoria de aquel morador que ha dejado de estar presente.
Esto toma su máximo exponente en los asentamientos de los Hijos del Dios Muerto. Cuando alguien pasa a formar parte de la comunidad, se le toma una fotografía o se le hace un retrato. Todos los asentamientos de los Hijos del Dios Muerto tienen un edificio donde se almacenan los retratos de los vivos, y otro donde se exhiben los retratos de los que han caído en el olvido. Es normal que los Hijos del Dios Muerto se reúnan a menudo para recordar a aquellos que han caído en el olvido. Se juntan alrededor de algunos retratos e intentan recordar cómo eran. Como en las defunciones, si nadie se acuerda, imaginan su historia a través del retrato.
Para que algo sea bueno para el grupo, tiene que serlo serlo también para el individuo #
La escucha activa forma parte intrínseca de los Hijos del Dios Muerto. Para ellos, el consumo acelerado de información sólo lleva a la acción individual impulsiva, no al bien de la comunidad.
Los Hijos del Dios Muerto siempre que explican algo que saben se preocupan por añadirle narración. Así pues, casi siempre que alguien cuenta algo seguidamente la conversación suele incluir cosas como “¿cómo te sentiste entonces?”, “¿qué hacías cuando lo descubriste?”, “¿por qué estabas allí?”, “¿qué crees que debemos hacer con esta información?”. En un mundo sin tiempo ni escritura, la narración y formar parte de ella es un objetivo en sí mismo.
En palabras de uno de los fundadores de los Hijos del Dios Muerto:
«La información es el elemento del reportero, que recorre nuestro mundo en busca de novedades. Su figura opuesta es el narrador (…) El narrador es capaz de crear un “aura” a lo que explica. El aura es un rastro que una información deja, con independencia de si está pasa lejos o cerca, ya que se centra en aquello que podemos aprender o cambiar gracias a ella, no sólo en la inmediatez voyeur de su descubrimiento»
— Byung-Chul Han, cofundador de los Hijos del Dios Muerto.
El mausoleo de Vlad y el recuerdo de los fundadores #
Después del Cataclismo, algunos moradores quedaron con el cuerpo inerte e incorrupto. Uno de los afectados fue Vlad, uno de los miembros originales del Círculo de la Nueva Realidad y uno de los fundadores de los Hijos del Dios Muerto.
Pasado un tiempo, el gremio de artistas propuso exponer el cuerpo de Vlad en un mausoleo público. Además, también propuso la celebración de una festividad periódica en recuerdo de los fundadores. La propuesta fue presentada al Círculo y aprobada por una amplia mayoría.
Desde entonces, cada quinientos latidos se celebra una festividad para rememorar los motivos que llevaron a la fundación de los Hijos del Dios Muerto. Pese a que la parte central de la festividad es la ceremonia multitudinaria en el mausoleo de Vlad, los eventos se alargan durante diez latidos durante los que toda la comunidad se involucra decorando calles y organizando actividades en el que todos son bienvenidos.
Pese a que el mausoleo está localizado en Albedrío, otros pueblos como Perfección y Orwell también han incorporado una festividad análoga cada quinientos latidos.
El festival #
La vida en las poblaciones de los Hijos del Dios Muerto se hace alrededor de las plazas. Todas las viviendas son más bien pequeñas y están siempre orientadas a grandes plazas pensadas como espacios lúdicos en los que formar comunidad. De hecho, muchos moradores prescinden de espacios para comer ya que todas las plazas tienen mesas donde encontrarse con los vecinos.
Para fomentar aún más la comunidad, el gremio de artistas organiza un festival itinerante que está siempre presente en alguna plaza. Esto facilita que los moradores vayan a otras plazas y conozcan a otros moradores. Además, se suele aprovechar para montar mercados, comidas callejera y otras actividades en la plaza.